sábado, 25 de enero de 2014
lunes, 6 de enero de 2014
Yo Te Amo
Basada en la canción de Chayanne "Yo
Te Amo". Un hanyou el cual se da cuenta de cuanto ama a una miko, después
de todo Naraku ya había desaparecido junto con Kikyo y todo se encontraban
felices, ahora lo único que faltaba después de todo era demostrarle a aquella
chiquilla caprichosa que es a ella la única la cual ama y no piensa dejarla ir
tan fácilmente... demostrándole su amor sin importar su antiguo amor y
primero... tan solo susurrándole "Yo Te Amo"...
Único Capitulo
Los
copos de nieve apenas van cayendo poco a poco al suelo, un denso frío se hace
presente en el ambiente, árboles cubiertos de aquel manto blanco al igual que
el mismo pasto, los ríos y algunos arroyos congelados… animales invernando en
sus cálidas cuevas y todo por la temporada.
Las
casas cubiertas de aquel manto helado, el humo saliendo de ellas por medio de
las chimeneas… los vidrios empañados, la gente va y viene con abrigos por el
aire frío que hay, sus botas especiales para la nieve, unos gorros los cuales
cubren su cabeza y orejas del frío, unos guantes los cuales están adornando sus
manos.
Pero
de todos ellos hay un chico de cabellera plateada, unas orejitas singulares,
pero simpáticas, las cuales causan la curiosidad de toda persona que quiere
tocarlas, un traje rojo que lo cubre de pies a cabeza, sus pies descalzos,
alrededor de su cuello una tela que lo cubre del frío, claro que cierta chica
le ha dicho su nombre si “bufanda” utilizadas para que el cuello no se congele…
aquel objeto que tiene en la esquina unas letras bordadas de color negro, todo
para combinar con las cejas de este individuo.
“Inuyasha” aquellas letras negras eran lo que decían, se veía que estaban
especialmente bordadas para el…
El
joven de mirada ámbar, sentando en lo alto de una de las casas, claro como si
esperara a alguien impacientemente, su vista perdida en el horizonte, en
dirección de un pozo viejo cubierto de ramas con nieve encima.
-Kagome.-
es lo que suspira el chico, y todo se puede ver que al nombrar el nombre
enfrente de él se hace un pequeño humito de vapor, por las bajas temperaturas
Bueno
tenía que admitir el que la extrañaba de cierta forma, desde que Naraku murió
en aquella batalla junto con Kikyo, todos a su alrededores pudieron por fin
descansar en paz, no hace mucho que habían acabado con él, Sango había vengado
la muerte de su hermano, Miroku… aquel mujeriego se había desecho de la
maldición, y él… él se había dado cuenta de cuanto ama a aquella chica
caprichosa, tierna, que siempre lo acompaña
-¡Inuyasha!.-
lo grita un zorrito que brinca hacia donde él se encuentra- ¿Por qué no vas por
Kagome?.- ya en el hombro del ojidorado
-¡Feh!
Shippo, deja de molestar.- lo dice de tono fastidioso, él sabía que Kagome
había dicho que pasaría la noche de Navidad con su familia y amigos, y en año
nuevo como ella le llamaba, con él.
De
cierta forma aquello le alegraba bastante, él quería pasar todo el tiempo con
Kagome, después de besarla y confesarle que él la amaba ya no creía necesaria más
palabras.
Ahora
lo único que deseaba era demostrarle a Kagome cuanto el la amaba, cuanto el
estaría dispuesto a dar, lo único que le importaba era que ella regresara a su
lado y se quedara con el toda la vida. Pero… Kagome bien le había dicho que
solo le faltaba un año y terminaba su dichosa carrera, bueno si asi ahora se le
llamaba a la escuela… lo único que lamentaba era que ella no lo dejaba
acompañarla al colegio, bueno según por las habladurías de sus amigas y
compañeros.
¡Ahhh!
Como la extrañaba, la extrañaba demasiado y Shippo aquel enano no ayudaba mucho
que digamos, a cada instante como ahora le decía que fuera por la chica, tenía
unas ganas enormes de ir y besarla, probar de nuevo aquel sabor de boca, pero tenía
que respetarla… por lo menos no quería que se enojara con él.
-¡¡Inuyasha!!.-
lo grita el pequeño
-¿Qué
quieres Shippo?.- saliendo de sus pensamientos
-Te
estoy hablando, y no me contestas… pareces una bestia tonta.- cruzando sus
brazos
¿Bestia?...
uuuyyy como ese término le molestaba, Kouga aquel apestoso lobo le decía así y
no era una bestia, no lo era…
Inuyasha
toma de la cola al pequeño, y solo para después lanzarlo al suelo… a comer nieve.
-Inuyasha…
eres un abusivo con el pobre de Shippo.- lo dice Sango al ver aquel movimiento
brusco por parte de Inuyasha hacia el pequeño
-¡Bah!.-
saliendo del lugar… a dirección del árbol Sagrado
-Déjalo
Sango… lo más seguro es que este de malas, porque la señorita Kagome no ha
llegado.- lo dije un monje saliendo bien cubierto al igual que la
exterminadora… por lo menos su amiga Kagome se había preocupado en traerles
ropa calientita de su época.
-.-
-Esa
Kagome ya debería de estar aquí.- lo murmura para si mismo
¿Cómo
que estar esperándola todo el día no era algo que estuviera planeando?, después
de todo ya era adicto a los besos de la chica, cada vez terminaban con pasión
en ellos, y claro sin descartar el deseo
Bueno
después de todo él ya la había elegido como su mujer, su hembra… y aquello lo tenía
demasiado presente… Mioga le había mencionada que ya era tiempo para formar una
familia, claro ya con la hembra a lado, pero… antes que nada quería demostrarle
a Kagome que la quería de mil maneras, que el paso con Kikyo solo era eso un
pasado… sabía perfectamente que Kikyo había sido su primero amor, pero ella
Kagome, ella es la mujer que realmente ama y piensa pasar el resto de sus días.
Ya
lo tenía todo planeado, después de la cena que iban a tener en casa de Kaede
llevaría a Kagome a un lugar único, un lugar especial para ellos dos.
Podía
olfatear aquel aroma que caracteriza a la chica, que le ha robado el
pensamiento, el habla, el corazón, la vida…
El
ojidorado solo salta desde la rama más alta del árbol solo para ir de un lado a
otro entre ramas y todo en busca de su Kagome.
La
chica va saliendo desde el fondo del pozo, una mano sale por aquel lugar,
seguida de la otra para después asomar su rostro y cabeza, con sus manos se
apoya en el borde de aquel pozo lleno de nieve… el cuerpo de la chica ya se
asoma… su rodilla se apoya en el borde para impulsarse, todo va muy bien ya está
de pie en el borde del pozo ahora solo faltaba bajarse de ese lugar y tocar
tierra firme
Tenía
planeado saltar, las cosas ya estaban en tierra firme, su mochila amarilla que
no ha cambiado en el paso de los años, una bolsa extra que se ve que trae
algunos regalos para sus amigos… bueno ya era hora de saltar, cierra sus ojos,
bueno no quería ver cuando tocara el piso y se golpeara, después de todo
siempre pasaba lo mismo
Kagome
salta pero para su sorpresa es que sus pies no han tocado el suelo, es como si
algo la estuviera agarrando, como si la mantuvieran entre unos brazos,
protectores y fuertes
Kagome
abre sus ojos y todo para encontrarse aquella mirada ámbar, por lo menos ya sabía
de quien eran aquellos brazos que siempre le brindaban seguridad…
Inuyasha
había atrapado a Kagome en el aire, sabiendo bien que ella siempre brincaba y
en algunas ocasiones se lastimaba un poco, aparte tomarla entre sus brazos era
una mejor idea para poder besarla y sorprenderla
-Inu…ya…sha.-
lo susurra la chica
No
dejaba de ver aquel ámbar, era realmente hipnotizantes… es como si al mirarlo
pudieras estar en el cielo, sintiendo aquellas cosquillitas en el estómago y
las mejillas de mil colores.
Deseaba
besarlo, probar de nuevo aquellos labios, sentirlos sobre los suyos, sus manos
recorriendo su cuerpo suavemente, sentir el sabor de la piel del chico sobre la
suya, sentirse ama por el… ¡hay!, pero en qué cosas estaba pensando, ella
estaba pensando el lo excitante que sería hacerle el amor a Inuyasha… se
encontraba avergonzada de sus propios pensamientos.
-Kagome…
porque tardaste.- lo dice el chico, sin soltarla de aquel estado en el que se
encontraban
-B-bueno…
n-no encontraba que ponerme.- era la verdad, no sabía que ponerse, después de
todo iba a pasar el año nuevo con Inuyasha y a su lado, debía de lucir hermosa,
Inuyasha ya le había dicho que la ama a ella, y aquello le hacía saltar de
felicidad, al saber que sus sentimientos eran correspondidos
Pensó
que después de la muerte de Kikyo él se iría al infierno a alcanzarla y aquello
le dolió en el alma, o bien con la perla completa Inuyasha desearía hacer su
sueño realidad: ser un
demonio completo de una vez por todas. Al final fue totalmente
distinto, si estuvo deprimido, hasta desapareció por dos semanas en las que
ella estuvo triste y con angustia, pero regresando el, corrió a sus brazos y
lloro en ellos, pero lo que la hacía más feliz de todo eso era que Inuyasha le
había dicho que. ¡La amaba a ella!.
Podía
sentir como unos labios aprisionaban los suyos, dejando que los brazos que la
mantenían aprisionado se relajen un poco pero solo lo necesario para acercarla más
hacia el pecho del chico, y todo para fundir aquel beso
Inuyasha
envuelve el labio inferior de Kagome, dejando que solo ella cierre sus ojos
disfrutando de aquellos labios, mientras que coloca sus brazos alrededor del
cuello de él chico, después de todo el hanyou la mantenía volando y ella solo
se mantenía en el aire por la ayuda de los brazos de este
Tanto
como el ojidorado y la pelinegra solo se dedican a disfrutar de aquel beso,
habían pasado ya ocho días sin verse y aquello los estaba matando a los dos,
bueno alguna que otra escapada del hanyou hacia la época de la chica, pero era
desechado a la fuerza por los invitados…
Después
de todo, ¿ahora que podía pedir?, tenía a Kagome a su lado, con aquella ropa
rara, que llevaba, unas botas, unos pantalones ajustados dejando ver lo perfectas
que son sus piernas, una sudadera con un gorro, indicando que es acogedora y
caliente, por ultimo una bufanda como la suya pero de color azul como su ropa,
en sus manos tenía unos guantes del mismo color. claro sin faltar aquel gorro
que lleva puesto
Desde
hace unos minutos que ellos se encontraban viendo aquella escena muy cerca de
ellos, pero lo demasiado lejos para que aquel despistado y enamorado hanyou no
se diera cuenta de que ellos observaban aquel beso.
Shippo
se había dado cuenta de la presencia de Kagome corriendo hacia el poso, seguido
de Sango y Miroku que al llegar a la escena solo mantuvieron un suspiro al ver
aquello, Kagome entre los brazos de Inuyasha besándolo de aquella forma, tan
delicada y a la vez profunda.
-¡¡Kagome!!.-
lo grita el pequeño, claro Sango y Miroku solo lo miraron con una mirada
acecina, al interrumpir aquella escena
Tanto
como Kagome e Inuyasha pudieron escuchar la voz del pequeño zorrito y muy cerca
de ellos sonrojándose por saber que sus amigos están ahí presenciando de
aquella escena.
Inuyasha
solo se maldecía por la tonta interrupción del aquel enano, claro mientras baja
a la chica a tierra firme, quería estar un poco más con ella, dejar aquellos
labios más rojos por el beso, disfrutar de aquel exquisito sabor, pero gracias
a un enano ya no podía.
En
cambio Kagome se encontraba sonrojada a lado del hanyou, después de aquel
beso…no podía ver a sus amigos a la cara… bueno ella sabía que no era para
tanto pero la vergüenza y la pena eran presentes… podía sentir el sabor de los
labios del hanyou, y todavía algo rojos y calientes sus labios
-Kagome
que bueno que has llegado.- lo dice una anciana apenas saliendo de la cabaña a
recibir a todos-Inuyasha estaba demasiado malhumorado por tu partida, hasta
maltrato al pobre de Shippo.-
-S-si
eso es cierto Kagome… Inuyasha me mando a comer nieve.- subiendo a los brazos
de la chica- así como tú le haces.- tratando de que al hanyou le hicieran algo
-¿Así?.-
alzando una ceja por todas las quejas que estaba recibiendo del chico- tan mal
se portó Inuyasha, ¿Shippo?-
-Si
Kagome.- mostrando algunas lágrimas de cocodrilo, sabía que con aquel
fingimiento era necesario para que le hicieran algo a Inuyasha, por lo menos
mandarlo al suelo como él lo había hecho con el
-Entonces
sería bueno darle su castigo a Inuyasha ¿no?.- dejando al pequeño en el piso
-Si.-
lo sugiere Shippo
¡Glup!,
es lo único que se puede escuchar de Inuyasha, es que imaginar lo que venía
aquel Owsarin que siempre terminaba el comiendo la tierra no era nada
agradable.
-Shippo…
creo que mejor vamos a preparar la cena.- entrando a la casa con el pequeño en
brazos
-Y-yo
acompaño a Sango.- lo dice aquel monje temiendo de lo que pueda hacer Kagome
-Bueno
Kagome es todo tuyo.- lo dice Kaede entrando a la casa junto con los demás
Todos
entran a la casa dejando solos a la pareja, bueno después de aquella acusación
por parte de Shippo, la vida del hanyou estaba en riesgo…
Kagome
poco a poco empieza a acercarse hacia el chico que se encuentra de pie, listo
para recibir lo que venía, aquel owsarin por parte de la chica.
La
pelinegra se abre paso entre la nieve con sus botas, mientras se acerca hacia
el ojidorado, después de todo tenía que darle su merecido y lo iba a hacer
El
ojidorado cierra sus ojos dejando venir lo que sea, la verdad no sabía que iba
a sucederle y menos mucho ahora, después de recibir a la chica con aquel
apasionado beso, lo único que quería era continuarlo, pero en un lugar apartado
de todos.
De
un momento a otro el ojidorado solo siente unos labios encima de los suyos,
unas manos pasar por su pecho, un cuerpo junto al suyo dándole calor, lo único
que puede hacer es posar sus manos en le cintura de la chica, pegándola más
hacia él. Lo había sorprendido con aquel beso, pero ahora el mantendría el
control sobre él, sin importar que unos pares de estuvieran viéndolo.
-.-
-La
cena le quedo deliciosa señora Kaede.- lo dice Kagome que se encuentra al igual
que todos disfrutando de la amena cena.
-Gracias
Kagome.- depositando su plato a un lado- bueno los niños ya se durmieron.-
viendo al pequeño zorrito rendido por aquella fiesta organizada en el pueblo- y
ahora me toca a mí.- levantándose y todo para ir a descansar.- ustedes
disfruten… la noche es joven.-
¡Oh!
Sí que era joven, él quería disfrutar de el día de año nuevo como le decía la
chica, un día especial para ella y el mismo lo iba a convertir más que especial
para ella
-Sanguito
porque no me acompañas a ver las hermosas estrellas.- ofreciendo su mano para
que la chica lo acepte así ambos salen de la choza
Kagome
se siente algo incomoda, el tener así de cerca de Inuyasha, sabia ella que
estado entre sus brazos ya no era suficiente y él mismo estaba consciente de
ello, ambos necesitaba…
…Después de todo ambos se aman
El
chico se levanta llevándose a la pelinegra entre sus brazos, él había planeado
todo especialmente para ellos dos, y así demostrarle a la chica que ella era la
única en su vida, la única en sus pensamientos y corazón, al igual que ser y
alma, que Kikyo ya no existía más en su vida, que ella murió en su corazón el
mismo día que ella lo embrujo con aquella flecha.
En palabras simples y comunes yo te
extraño
En lenguaje terrenal mi vida eres tú
En total simplicidad seria yo te amo,
y en un trozo de poesía tú serás mi luz, mi bien
En lenguaje terrenal mi vida eres tú
En total simplicidad seria yo te amo,
y en un trozo de poesía tú serás mi luz, mi bien
En el espacio donde me alimento de tu piel
que es bondad
La fuerza que me mueve dentro para recomenzar.
La fuerza que me mueve dentro para recomenzar.
Y en tu cuerpo encontrar la paz
Kagome
se mantenía entre los brazos de su protector, si aquel hanyou que no dejaba de
soltarla mientras que con su agilidad y velocidad pasaba las copas de los
árboles y todo para llegar a una cabaña desolada en medio de todo aquel lugar.
Inuyasha
se detiene enfrente de ella, la luz de la luna iluminado en lo alto del cielo
indicando que es media noche, la nieve en el piso a su alrededor al igual que
encima de la cabaña dando aquel toque romántico en la escena, el lago enfrente
de ellos congelado dejando ver el brillo de la intensa luna.
El
ojidorado deja tocar suelo a la chica, mientras que esta no deja de perder
ningún detalle del lugar, nunca antes lo había visto, su estancia en la era
feudal durante sus cinco años nunca lo había visto ni siquiera cuando pasaban a
las cercanías… hace unos meses atrás apenas habían derrotado a naraku y ahora
esta sorpresa era demasiado para su corazón, el cual revolotea con demasiada
felicidad.
Todo
era simplemente hermoso, hermoso para ella e Inuyasha… solo ellos dos, como una
vez lo soñó.
Si la vida me permite al lado tuyo
Crecerán mis ilusiones, no lo dudo
Y si la vida la perdiera en un instante
Que me llene de ti
Para amar después de amarte...vida
Estuvo
cerca de perderla, demasiado diría el mismo, perder a Kagome era algo que no lo
soportaría de nuevo. Como una ves cuando lucharon contra los siete guerreros y
la siguiente cuando Naraku quiso atacarla en la batalla, después de aquello no
quería separase de ella ningún momento, ya se lo había dicho la ama con todo el
alma, ahora con ella sería el hombre o hanyou más feliz de la tierra o de todos
los tiempos, tendría una familia con la chica y sería feliz de una vez por
todas.
Podía
ver como ella avanzaba hacia la puerta de la casa, abriéndola con cuidado,
dejando ver aquel interior iluminado por velas rojas y blancas. El solo
caminaba detrás de ella viendo como su mirada se iluminaba al ver los pétalos
rojos y blancos de las rosas que encontró en el sureste especialmente traídos
para esta ocasión.
Aquellos
hacían una cama en medio de la choza, con las telas debajo de ellos cubriendo
de cualquier frío, las ventanas tapizadas de piel, solo para que la ventisca no
entrara, una pequeña fogata enfrente de ellos, para dar calor.
Kagome
solo se voltea al ver que la luz de afuera se apaga y aquello indicaba una cosa
el hanyou ya había cerrado la puerta, si el estaba pensando lo mismo que ella,
después de todo esa era su fantasía, pero tal vez que él la tomara de una forma
salvaje y a la vez romántica, nunca se imaginó aquel detalle hermoso.
Hoy
sería su mujer, hoy ella dejaría de ser aquella inocente niña que conoció hace
cinco años atrás para convertirse en la mujer de aquel hanyou.
No tengas miedos ni dudas
Este amor es demasiado bueno
Que tú serás mi mujer
Yo te pertenezco todo entero
Mira mi pecho, lo dejo abierto,
Para que vivas en el
El
hanyou se acerca hacia donde se encuentra la chica, llevando su mano al cuello
de ella y todo para impulsarla en el beso que posa en sus labios, dejando que
sus lenguas hablen mientras que sus manos se deshacen de la ropa que estorba en
aquellos momentos.
La
bufanda del chico sale cerca de la puerta seguida por los guantes de la joven y
el gorro que solo son utensilios innecesarios…
El
beso no se ha desecho, las manos de la chica suben hasta el pecho del
ojidorado, dejando que el haori rojo caiga junto con su chamarra, una camisa de
color azul cielo era lo que adornaba el cuerpo de la joven.
La chica retrocede unos
pasos hacia atrás llegando a la orilla de aquellas mantas expuestas en el piso
claro estando llenas de pétalos de rosas.
El hanyou se desprende de
aquel suave beso dejando los labios de la chica demasiado rojos por aquellos
contactos, sus respiraciones algo agitadas.
-K-Kagome.- lo susurra
sin saber si ella está dispuesta a dar el siguiente pasó
-¡Shhh!.- es lo único que
dice la chica, mientras posa un dedo en los labios del chico
Para tu tranquilidad me tienes en tus manos
Para mi debilidad la única eres tú
Al final tan solo sé que siempre te he esperado
Y que llegas a mi vida y tú me das la luz
El bien
Ese mundo donde tus palabras hacen su voluntad
Kagome
besa los labios del chico, dejando paso a lo que viene, el haori blanco se
puede ver en el extremo de la casa junto con aquella blusa azul cielo que antes
traía puesta la chica.
Kagome
puede sentir entre sus mano el fornido pecho del chico, dejando paso entre sus
yemas aquella piel que tanto la excita
El
hanyou toma entre sus brazos a la chica depositándola suavemente encima de las
cobijas y pétalos que se encuentran.
El
ojidorado mueve sus labios al cuello de la chica dejando que ella solo suspire,
sus manos pasando por las curvas de ella, dejando que todo absolutamente todo
desaparezca entre ellos, lo único importante en aquellos momentos era hacer el
amor… demostrarse cuanto se quieren sin importan lo que suceda
La magia de este sentimiento
Que es tan fuerte y total,
Y tus ojos que son mi paz
Dentro
de la cabaña se puede ver aquel vapor, es como si la fricción de aquellos dos
cuerpos desprendiera aquel humo que los cubre, acompañados
Toda
la ropa en el suelo alado de ellos, ambos chicos ya denuedos, descubriendo
nuevas sensaciones entre ellos, aquel sabor de piel de ambos, sus manos
descubriendo y delineando la figura de ambos.
Inuyasha
probando y saboreando los pechos de la chica, disgustándolos como el mejor
manjar antes probado.
Si la vida me permite al lado tuyo
Crecerán mis ilusiones, no lo dudo
Y sin la vida la perderá en un instante
Que me llene de ti,
Para amar después de amarte...vida
Los
gemidos y sus suspiros combinados en toda la cabaña, el sudor de sus cuerpos
dejando a reflejar en ellos la luz de la fogata.
El
cuerpo del chico encima de la de su hembra, disfrutando de aquel cuerpo
arrancando suspiros de la boca de la chica, apagándolos con sus labios y a la
ves provocándolos, recorriendo con sus manos el cuerpo de ella, como si
delineara aquellos perfectos pechos, su cintura su espalda con suaves caricias,
sus piernas y su rostro…
En
cambio Kagome solo disfruta sintiendo al chico bajo sus yemas, recorriendo con
sus manos todo el cuerpo de él delineando los fuertes pectorales, aquellos
cuadros que se hacen en el abdomen, los brazos fuertes y bien formados, su
espalda llena de cicatrices pero realmente fuerte y suave conforme pasa sus
manos.
Todo
era perfecto sus cuerpos como si fueran hecho a la medida perfecta de ambos,
las curvas de la chica encajadas perfectamente en el cuerpo del joven, los
brazos de el alrededor de su cintura, mientras que ella se encuentra sintiendo
las caricias en su espalda y los besos en sus cuello en medio de él y el
hombro.
No tengas miedos ni dudas
Este amor es demasiado bueno
Que tú serás mi mujer
Yo te pertenezco todo entero
Mira mi pecho, lo dejo abierto.
Para que vivas en el
El
momento de fundirse en uno estaba llegando a ser pronto, solo que no sabía bien
el chico si Kagome, si ella quisiera ya lo mismo que el, los ojos de ella se
encontraban cerrados y sus labios rojos por los contactos de sus labios…
gemidos y suspiros salían de los labios de la chica mientras que uno que otro
acercaba cada vez sus cuerpos
-K-Kagome.-
es lo único que susurra el chico, mientras que la besa disfrutando del manjar
de sus labios, como ya lo hizo con su cuerpo recorriendo a cada instante con
sus manos delineándolo y a la vez saboreándolo con sus labios
No tengas miedos ni dudas
Este amor es demasiado bueno
Que tú serás mi mujer
Yo te pertenezco todo entero
Mira mi pecho, lo dejo abierto.
Para que vivas en el
Este amor es demasiado bueno
Que tú serás mi mujer
Yo te pertenezco todo entero
Mira mi pecho, lo dejo abierto.
Para que vivas en el
No
recibe respuesta alguna, lo único que puede recibir como señal es que la chica
se acomodó para que el mismo haga lo que quiera y aquello lo excita de una
manera única.
El
hanyou se acomoda sin dejar de besar a la chica, dejando que su miembro la
penetre poco a poco, dejando que aquella barrera de virginidad que tiene la
chica, vaya abriendo paso poco a poco, dejando que él entre hasta el fondo
Se
detendría al escuchar aquellos gemidos y algo de dolor que salen de los labios
de la chica, pero si no continuaba el proceso sería más doloroso para ambos,
solo falta un poco para entrar hasta el fondo.
Kagome
ya podía sentir el miembro del chico dentro de ella… si palpitando dentro de
ella era tan excitantes sentirlo… más cuando ahora se estaba moviendo
suavemente, poco a poco, tal vez para no lastimarla
Los
gemidos en la habitación, un grito desgarrado por parte de ambos, claro que la
chica daba gracias a Kami que sus amigos se encontraran a varios kilómetros de
ahí.
No tengas miedos dudas
Este amor es demasiado bueno
Que tú serás mi mujer….
Que tú serás mi mujer….
La fricción
de ambos cuerpos en unos, los movimientos más acelerados del chico cobre la
chica, los besos más descabellados… un beso y mordisco en medio del cuello y
donde nace el hombro… rompiendo con sus colmillos la piel de la chica, dejando
dos pequeñas marcas en ellas, tal vez en la época de Kagome no signifiquen algo
pero aquí… significaba que ella era su hembra su mujer para todo una vida.
Kagome solo
siente como un líquido placentero se derrama en su vientre sabía perfectamente
bien de que se trataba, tal vez después de esto ella quedaría embarazada del
chico, pero aquello no importaba después de todo ella había accedido a esto.
Inuyasha no
aguanta más y derrama su semilla en la chica, dejando que ella misma se pegue más
a él sintiendo como el líquido caliente sale de él, su miembro palpitante
dentro de ella. El sabría después de si su hembra quedaría preñada, pero
aquello no le importaba por que el se haría hacer cargo de ella y del pequeño
cachorro.
Cansado solo
se desprende del cuerpo su
miko, cayendo a lado de ella dejando que aquellas respiraciones
agitadas vuelvan poco a poco su curso normal, después de todo ya habían hecho
el amor y ahora solo quedaba dormir parte de la madrugada.
El hanyou con
una cobija, la cual encontraba en el extremo al ser alcanza por su mano, con el
propósito de destenderla encima de ellos dos, y así el frío no se cuele por sus
cuerpos, observa a su pequeña cansada, y más ahora que sería tal vez madre de
su pequeño bebé.
Kagome se
acorruca en el pecho del chico, mientras que este pasa su brazo por debajo de él
abrazándola y pegándola más hacia su cuerpo.
Sus cabellos
revueltos por la noche, sus labios rojos e hinchados por la fricción de ellos
mismos… sus cuerpos llenos de agua dulce y todo por el ejercicio surgido… una
sonrisa en sus labios… dando a entender que ambos se encuentran felices.
El ojidorado
no se ha dormido, no ha pegado sus ojos como la chica que ya respira
paulatinamente trata de descansar entre los brazos y pecho de este… solo que no
se cansa de contemplarla de perder aquel brillo en sus ojos al saber que por
fin Kagome ella ya es su hembra.
Kagome podía
sentir aquella mirada del chico y le incomodaba de cierta manera, hacía que
ella misma se sonrojara, después de todo lo sucedido no tenía el por qué… pero
la pena y vergüenza no desaparecía de sus mejillas y aquel brillo en sus ojos.
La pelinegra
solo se levanta un poco del pecho del hanyou, viendo fijamente los ojos de él,
aquel ámbar cristalino, y con un brillo inusual… es como si nunca antes lo
había visto, pero de seguro era por la misma razón que ella.
Inuyasha
podía ver el sonrojo de las mejillas de la chica y el brillo en sus ojos, y
aquello lo hacía demasiado feliz, feliz… después de tanto tiempo ya era feliz a
lado de la mujer que ama y amara por siempre.
-Feliz año
Kagome.- sonriendo ampliamente
-Feliz inicio
de año nuevo Inuyasha.- sonriendo de igual manera, sabía que iba hacer un año
nuevo lleno de sorpresas y felicidad para ella e Inuyasha.
-Y-Yo te amo
Kagome.- besando los labios de la chica
-Yo te amo más
Inuyasha.- correspondiendo aquel beso suave y paulatino, y no con las mismas
intenciones que antes.
Después de
todo el ama a Kagome ya se lo había dicho antes y ahora más… podía verla
dormir… sus ojos se cerraban por el cansancio, claro sin antes repetir “yo te amo”…
¡Fin!
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