viernes, 27 de diciembre de 2013

Abrazame


ABRAZAME

Único Capitulo.

Se encontraba de pie enfrente de aquel árbol que fue testigo de todas sus dichas y desgracias, el encontrar su primer amor, en perderlo, el caer en un sueño profundo y despertar cincuenta años después.

 El encontrar y conocer a su segundo amor, aquella pequeña de ojos marrones, pelo azabache, piel blanca y suave como la misma seda, una sonrisa que bien podría derribar cualquier obstáculo, aquel perfume a jazmín que tanto la caracteriza.

Y ahora tan solo sabe que debe de despedirse, que su fin esa cerca… y aquel árbol sería testigo de ello.

 

Tienes que saber, que es lo último que pido,

Que estoy desesperado y según mis latidos
no me quedan mucho tiempo a mi favor
y antes de perder de vista mi camino
quiero mirarte un poco y soñar que el destino
es junto a ti mi amor.

 

-¿Inu-ya-sha?.- escucha que lo murmura una voz demasiado suave, y que aquel viento la trae consigo.

Tan solo se da la vuelta y observar como aquella chiquilla se encuentra de pie, mostrándole aquella cara de preocupación que suele darle, cuando algo le preocupa, cuando, se encuentra herido… era único.

Se encontraba tan desesperado, tan desesperado el saber que tan poco tiempo le quedaba de vida, ya había derrotado a Naraku, y ahora era tiempo de cumplir aquella promesa que le hizo a su primer amor…

Se queda mirando fijamente a Kagome, tratando de guardar aquellos detalles, el guardar en su memoria en sus sentidos aquella imagen, no importaba que se encontraba con aquella ropa extraña que le menciono la chica “ropa de invierno”, no importaba quería guardar su recuerdo en su memoria para siempre…

 

Quédate un segundo aquí a hacerme compañía
y quédate tantito más quiero sentirte mía.



-¿Por qué me llamaste?.- lo pregunta Kagome, al ver aquella mirada de tristeza en el rostro de Inuyasha.

El viento soplaba dejando que ambas melenas bailaran al compás de aquella dulce melodía.

-Ven.- lo dice el propio Inuyasha para estirar su brazo y mano, indicándole a la chica que camine hacia él, cosa que esta hace lo que pide.

-¿Sucede algo malo, Inuyasha?.- lo pregunta Kagome, tratando de leer aquella mirada, aquel ámbar opaco que le muestra el mismo chico.

 

Y abrázame
Y abrázame
Y abrázame
Y abrázame



-No me preguntes nada…- lo menciona Inuyasha, tomando la mano de la chica entre las suyas, y ver sus ojos, aquellos marrones que tanto adora.

-Tan solo abrázame…- lo murmura Inuyasha, para dejar que Kagome abra aquellos ojos en forma de sorpresa, como si no comprendiera lo que le acaba de pedir el hanyou.

-Necesito que me abraces.- lo vuelve a repetir Inuyasha, pero solo que en esta ocasión con aquella voz de súplica.

Algo malo le estaba ocurriendo a su hanyou, lo podía presentir, desde que destruyeron a naraku, se comportaba extraño, ya tenían la perla completa, y ¿ahora?.

Tan solo siente cuando unos fuertes brazos la rodean, y estrechan hacia un cuerpo firme y cálido a pesar de la nieve que comienza a caer.


Hoy me he dado cuenta que no había sentido
tanto miedo antes que yo no decido
que Dios va a ser mejor
y antes de perder de vista mi camino
quiero mirarte un poco y soñar que el destino
es junto a ti mi amor.



Esconde su rostro en el cuello de la pelinegra, respirando aquel aroma que tanto adora, aquel aroma que despreció, tan solo para no mostrar lo vulnerable que era ante el.

Penas en esos instantes se pudo dar cuenta todo el miedo que tenía, todo el miedo que sentía al perder a Kagome, al dejarla… y pensar que siempre decía no ser vulnerable a nada.

-Inuyasha, ¿Qué sucede?.- lo pregunta Kagome, al sentir como el mismo hanyou la estrecha más hacia su cuerpo y comienza a oler su cuello…

No podía escuchar ninguna contestación hacia su pregunta obligándose, empujar un poco al hanyou, observando como este se incorpora un poco, dejando que su flecho oculte sus ojos, pero una pequeña lagrima comienza a deslizarse por la mejilla del chico, comprendiéndolo todo…

Inuyasha se iba…

Ya su Kagome se había dado cuenta de aquello y eso lo sabía al oler aquella agua salina, y pensar que estuvo soñando en tener una vida a lado de Kagome, vivir con ella y por qué no, tener varios cachorros con ella… junto a su amor.


Quédate un segundo aquí a hacerme compañía
y quédate tantito más quiero sentirte mía



Era la primera vez que veía a Inuyasha llorar, por eso, por eso la había citado enfrente del árbol sagrado, alejados de todos sus amigos, esa era la despedida… y no podía hacer nada por detenerlo.

-No te vayas…- lo murmura Inuyasha, con aquella voz quebrantada, sin mostrarle hasta entonces sus ojos ámbar cristalinos, pudo sentir como Kagome quería salir de aquel abrazo.

-Inuyasha… yo…- lo comienza a balbucear Kagome, tratando de callar aquellos sollozos.

-Tan solo déjame estar un segundo contigo… mi Kagome.- lo último lo murmura, dejando que Kagome vea sus ojos, llorosos, aquella era la más difícil despedida.


Y abrázame
Y abrázame
Y abrázame
Y abrázame



No podía hacer otra cosa que abrazarlo y dejar que el hiciera lo mismo con ella, así se refugia entre sus brazos, dejando que sus lágrimas se escurran por sus mejillas sin restricción, podía escuchar el corazón de Inuyasha latiendo demasiado lento.

Sabía que Inuyasha se encontraba llorando y aquello lo sentía por la humedad que comenzaba a sentir en su hombro…

Bajo las romas de aquel gigante árbol, se encontraba una miko y un hanyou, siendo protegidos de aquellos copos de nieve que desde hace unos minutos comenzaron a caer, como si el clima también llorara con ellos.


Dame una razón para quedarme yo no quiero tu compasión
quiero que estés conmigo hasta que me haya ido.



Si tan solo tuviera una razón, una simple razón para quedarse con Kagome, que no fuera por lastima o por compasión, una que lo hiciera permanecer a su lado para siempre…

Pero no existía aquella razón, lo único que podía pedir era estar con su Kagome, hasta haber partido.


Y abrázame
Y abrázame
Y abrázame
   Y abrázame
   

Necesitaba recordar aquel aroma, necesitaba llevarse un recuerdo de su Kagome, necesitaba un recuerdo de algo que lo mantuviera en vida, toda la eternidad, no importaba si se encontraba en el mismo infierno con Kikio, él tan solo quería un recuerdo de su Kagome…

 

Y abrázame

Dame una razón para quedarme, solo dame una razón.            

Se separa un poco de los brazos de Kagome, lo suficiente para dejar dos centímetros de separación, retirando una de sus manos a tras de la espalda de la chica y con ella obligar a Kagome verlo a los ojos, viendo aquel marrón opaco.

 Puede ver como Inuyasha cierra sus ojos, dejando que dos lágrimas se deslicen, una en cada ojo, para caer a la nieve.

 Ella hace lo mismo que el hanyou, para sentir como unos suaves labios se posan encima de los suyos.

 

Y abrázame

Dame una razón, solo dame una razón, una razón.



Era su segundo beso, ya el anterior había sido por salvar al chico, en el castillo de los espejos, pero este, era tan diferente, suave, lleno de sentimiento, como expresándole ¿amor?.

 Abre sus labios para dejar que Inuyasha haga lo mismo, dejando que su lengua se deslice dentro de su boca, probando aquel manjar.

Y abrázame

Una razón para quedarme, yo no quiero tu compasión.

             

Ni siquiera los besos de Kikio se comparaban con los labios de Kagome, con el sabor que ahora se encontraba disfrutando…

 ¡Oh Kami!, como necesitaba una razón, una razón para quedarse con Kagome… solo una y sería capaz de romper todo lo atado con aquella mujer.

Y abrázame

Dame una razón, solo una razón.

Ambos se despegan de aquellos labios, para volverse a mirar a los ojos, abriéndolos lentamente, observando la reacción de cada uno.

 -Dame una razón….- lo murmura Inuyasha…

¿Había una posibilidad de que Inuyasha se quedara con ella?

-Una razón…- lo vuelve a murmura Inuyasha, para dejar que aquel humo blanco se mantenga un poco de tiempo en el aire.


Tienes que saber que es lo último que pido

que estoy desesperado

y según mis latidos no me queda mucho

tiempo a mi favor.

Tenía que saber que era lo último que pedía, y el tiempo se le agotaba… ¿Cómo decirle a Kagome un te amo?.

-Te amo…- lo menciona Kagome, si por lo menos su Inuyasha se iba, que se fuera con su corazón, no importaba que la dejara.

-Yo también te amo, mi Kagome…- lo confiesa de una vez, sabía bien que no podría dejarla, no podía dejar a su pequeña, no importaba el tiempo que estuviera o por el cual viviera, pero no dejaría a Kagome…

Se inclina a besar los labios de Kagome, de nuevo, sonriendo, aquella era lo único que necesitaba, la única razón para quedarse con Kagome… para ser feliz de una vez por todas…

 

Ya después se encargaría de hablar con Kikio, por más que fuera una promesa, no podría cumplirla, más si ahora se daba cuenta que su vida tenía dueña al igual que su corazón, sin Kagome… se sentía sin vida.

 El manto nocturno, se hace presente, para observan a aquella pareja, abrazados, sin despegarse del uno y otro, como si fueran solo uno…

 Te amo…  

Aquellas dos palabras que bien se las podría llevar el viendo, pero sabían que estarían juntos por las buenas o por las malas…

Y abrázame

Fin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario