ABRAZAME
Único Capitulo.
Se encontraba de
pie enfrente de aquel árbol que fue testigo de todas sus dichas y desgracias,
el encontrar su primer amor, en perderlo, el caer en un sueño profundo y
despertar cincuenta años después.
El
encontrar y conocer a su segundo amor, aquella pequeña de ojos marrones, pelo
azabache, piel blanca y suave como la misma seda, una sonrisa que bien podría
derribar cualquier obstáculo, aquel perfume a jazmín que tanto la caracteriza.
Y ahora tan solo
sabe que debe de despedirse, que su fin esa cerca… y aquel árbol sería testigo
de ello.
Tienes que
saber, que es lo último que pido,
Que estoy
desesperado y según mis latidos
no me quedan mucho tiempo a mi favor
y antes de perder de vista mi camino
quiero mirarte un poco y soñar que el destino
es junto a ti mi amor.
no me quedan mucho tiempo a mi favor
y antes de perder de vista mi camino
quiero mirarte un poco y soñar que el destino
es junto a ti mi amor.
-¿Inu-ya-sha?.- escucha que
lo murmura una voz demasiado suave, y que aquel viento la trae consigo.
Tan solo se da la vuelta y observar como aquella chiquilla se encuentra de pie, mostrándole aquella cara de preocupación que suele darle, cuando algo le preocupa, cuando, se encuentra herido… era único.
Tan solo se da la vuelta y observar como aquella chiquilla se encuentra de pie, mostrándole aquella cara de preocupación que suele darle, cuando algo le preocupa, cuando, se encuentra herido… era único.
Se encontraba
tan desesperado, tan desesperado el saber que tan poco tiempo le quedaba de
vida, ya había derrotado a Naraku, y ahora era tiempo de cumplir aquella
promesa que le hizo a su primer amor…
Se queda
mirando fijamente a Kagome, tratando de guardar aquellos detalles, el guardar
en su memoria en sus sentidos aquella imagen, no importaba que se encontraba
con aquella ropa extraña que le menciono la chica “ropa de invierno”, no
importaba quería guardar su recuerdo en su memoria para siempre…
Quédate un
segundo aquí a hacerme compañía
y quédate tantito más quiero sentirte mía.
y quédate tantito más quiero sentirte mía.
-¿Por qué me
llamaste?.- lo pregunta Kagome, al ver aquella mirada de tristeza en el rostro
de Inuyasha.
El viento
soplaba dejando que ambas melenas bailaran al compás de aquella dulce melodía.
-Ven.- lo dice
el propio Inuyasha para estirar su brazo y mano, indicándole a la chica que camine
hacia él, cosa que esta hace lo que pide.
-¿Sucede algo
malo, Inuyasha?.- lo pregunta Kagome, tratando de leer aquella mirada, aquel
ámbar opaco que le muestra el mismo chico.
Y abrázame
Y abrázame
Y abrázame
Y abrázame
Y abrázame
Y abrázame
Y abrázame
-No me
preguntes nada…- lo menciona Inuyasha, tomando la mano de la chica entre las
suyas, y ver sus ojos, aquellos marrones que tanto adora.
-Tan solo
abrázame…- lo murmura Inuyasha, para dejar que Kagome abra aquellos ojos en
forma de sorpresa, como si no comprendiera lo que le acaba de pedir el hanyou.
-Necesito que
me abraces.- lo vuelve a repetir Inuyasha, pero solo que en esta ocasión con
aquella voz de súplica.
Algo malo le
estaba ocurriendo a su hanyou, lo podía presentir, desde que destruyeron a
naraku, se comportaba extraño, ya tenían la perla completa, y ¿ahora?.
Tan solo siente
cuando unos fuertes brazos la rodean, y estrechan hacia un cuerpo firme y cálido
a pesar de la nieve que comienza a caer.
Hoy me he dado cuenta que no había sentido
tanto miedo antes que yo no decido
que Dios va a ser mejor
y antes de perder de vista mi camino
quiero mirarte un poco y soñar que el destino
es junto a ti mi amor.
Esconde su
rostro en el cuello de la pelinegra, respirando aquel aroma que tanto adora,
aquel aroma que despreció, tan solo para no mostrar lo vulnerable que era ante
el.
Penas en esos
instantes se pudo dar cuenta todo el miedo que tenía, todo el miedo que sentía
al perder a Kagome, al dejarla… y pensar que siempre decía no ser vulnerable a
nada.
-Inuyasha, ¿Qué
sucede?.- lo pregunta Kagome, al sentir como el mismo hanyou la estrecha más
hacia su cuerpo y comienza a oler su cuello…
No podía
escuchar ninguna contestación hacia su pregunta obligándose, empujar un poco al
hanyou, observando como este se incorpora un poco, dejando que su flecho oculte
sus ojos, pero una pequeña lagrima comienza a deslizarse por la mejilla del
chico, comprendiéndolo todo…
Inuyasha se
iba…
Ya su Kagome se
había dado cuenta de aquello y eso lo sabía al oler aquella agua salina, y
pensar que estuvo soñando en tener una vida a lado de Kagome, vivir con ella y por
qué no, tener varios cachorros con ella… junto a su amor.
Quédate un segundo aquí a hacerme compañía
y quédate tantito más quiero sentirte mía
Era la primera
vez que veía a Inuyasha llorar, por eso, por eso la había citado enfrente del
árbol sagrado, alejados de todos sus amigos, esa era la despedida… y no podía
hacer nada por detenerlo.
-No te vayas…-
lo murmura Inuyasha, con aquella voz quebrantada, sin mostrarle hasta entonces
sus ojos ámbar cristalinos, pudo sentir como Kagome quería salir de aquel
abrazo.
-Inuyasha… yo…-
lo comienza a balbucear Kagome, tratando de callar aquellos sollozos.
-Tan solo
déjame estar un segundo contigo… mi Kagome.- lo último lo murmura,
dejando que Kagome vea sus ojos, llorosos, aquella era la más difícil
despedida.
Y abrázame
Y abrázame
Y abrázame
Y abrázame
No podía hacer
otra cosa que abrazarlo y dejar que el hiciera lo mismo con ella, así se refugia
entre sus brazos, dejando que sus lágrimas se escurran por sus mejillas sin
restricción, podía escuchar el corazón de Inuyasha latiendo demasiado lento.
Sabía que
Inuyasha se encontraba llorando y aquello lo sentía por la humedad que
comenzaba a sentir en su hombro…
Bajo las romas
de aquel gigante árbol, se encontraba una miko y un hanyou, siendo protegidos
de aquellos copos de nieve que desde hace unos minutos comenzaron a caer, como
si el clima también llorara con ellos.
Dame una razón para quedarme yo no quiero tu compasión
quiero que estés conmigo hasta que me haya ido.
Si tan solo
tuviera una razón, una simple razón para quedarse con Kagome, que no fuera por
lastima o por compasión, una que lo hiciera permanecer a su lado para siempre…
Pero no existía
aquella razón, lo único que podía pedir era estar con su Kagome, hasta haber
partido.
Y abrázame
Y abrázame
Y abrázame
Y abrázame
Necesitaba
recordar aquel aroma, necesitaba llevarse un recuerdo de su Kagome, necesitaba
un recuerdo de algo que lo mantuviera en vida, toda la eternidad, no importaba
si se encontraba en el mismo infierno con Kikio, él tan solo quería un recuerdo
de su Kagome…
Y abrázame
Dame una razón
para quedarme, solo dame una razón.
Se separa un
poco de los brazos de Kagome, lo suficiente para dejar dos centímetros de
separación, retirando una de sus manos a tras de la espalda de la chica y con
ella obligar a Kagome verlo a los ojos, viendo aquel marrón opaco.
Puede ver
como Inuyasha cierra sus ojos, dejando que dos lágrimas se deslicen, una en
cada ojo, para caer a la nieve.
Ella hace
lo mismo que el hanyou, para sentir como unos suaves labios se posan encima de
los suyos.
Y abrázame
Dame una razón,
solo dame una razón, una razón.
Era su segundo
beso, ya el anterior había sido por salvar al chico, en el castillo de los
espejos, pero este, era tan diferente, suave, lleno de sentimiento, como
expresándole ¿amor?.
Abre sus
labios para dejar que Inuyasha haga lo mismo, dejando que su lengua se deslice
dentro de su boca, probando aquel manjar.
Y abrázame
Una razón para
quedarme, yo no quiero tu compasión.
Ni siquiera los
besos de Kikio se comparaban con los labios de Kagome, con el sabor que ahora
se encontraba disfrutando…
¡Oh
Kami!, como necesitaba una razón, una razón para quedarse con Kagome… solo una
y sería capaz de romper todo lo atado con aquella mujer.
Y abrázame
Dame una razón,
solo una razón.
Ambos se
despegan de aquellos labios, para volverse a mirar a los ojos, abriéndolos
lentamente, observando la reacción de cada uno.
-Dame una
razón….- lo murmura Inuyasha…
¿Había una
posibilidad de que Inuyasha se quedara con ella?
-Una razón…- lo
vuelve a murmura Inuyasha, para dejar que aquel humo blanco se mantenga un poco
de tiempo en el aire.
Tienes que saber que es lo último que pido
que estoy
desesperado
y según mis
latidos no me queda mucho
tiempo a mi
favor.
Tenía que saber
que era lo último que pedía, y el tiempo se le agotaba… ¿Cómo decirle a Kagome
un te amo?.
-Te amo…- lo
menciona Kagome, si por lo menos su Inuyasha se iba, que se fuera con su
corazón, no importaba que la dejara.
-Yo también te
amo, mi Kagome…- lo confiesa de una vez, sabía bien que no podría dejarla, no
podía dejar a su pequeña, no importaba el tiempo que estuviera o por el cual
viviera, pero no dejaría a Kagome…
Se inclina a
besar los labios de Kagome, de nuevo, sonriendo, aquella era lo único que
necesitaba, la única razón para quedarse con Kagome… para ser feliz de una vez
por todas…
Ya después se
encargaría de hablar con Kikio, por más que fuera una promesa, no podría
cumplirla, más si ahora se daba cuenta que su vida tenía dueña al igual que su
corazón, sin Kagome… se sentía sin vida.
El manto
nocturno, se hace presente, para observan a aquella pareja, abrazados, sin
despegarse del uno y otro, como si fueran solo uno…
Te amo…
Aquellas dos
palabras que bien se las podría llevar el viendo, pero sabían que estarían
juntos por las buenas o por las malas…
Y abrázame
Fin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario